Un estudiante de mecánica creó un dispositivo que simula la pérdida de adherencia al suelo de los autos cuando circulan a gran velocidad por rutas mojadas o con hielo. Es más simple que las versiones hidráulicas y ya se usa para cursos de manejo.
Agencia TSS – La pérdida de adherencia al suelo que sufren los autos cuando circulan a una velocidad alta por rutas mojadas o con hielo puede ser un riesgo mortal si el automovilista no sabe cómo enfrentar la situación. Lucas Horne, un estudiante de mecánica de 22 años, ideó un dispositivo que simula esas condiciones. “La idea era poder llegar a la situación de riesgo que sucede en la ruta y que, cuando eso ocurre, no se sabe qué hacer”, le dijo a TSS.
La pérdida de agarre sobre el asfalto puede resolverse con diversas técnicas de manejo. La forma tradicional de practicar el aquaplaning –la pérdida de adherencia cuando en el asfalto hay más agua que la que el neumático logra desplazar– es inundar una pista con agua mediante riego, lo que implica someter al conductor a maniobras muy riesgosas, ya que se puede producir un vuelco o salida de pista y por eso se necesitan grandes superficies y la presencia de ambulancias y bomberos en el lugar. Otro sistema consiste en una plataforma que levanta al auto para restar superficie de las ruedas en contacto con el piso. Para eso debe contar con actuadores hidráulicos y una bomba de cerca de 80 kilos y un tamaño de medio metro cúbico, por lo que solamente se puede usar en camionetas.
Con estos antecedentes en mente, Horne creó un sistema que trabaja con actuadores eléctricos y palancas que simulan la falta de adherencia en forma independiente en cada eje.
Así, este estudiante de mecánica logró crear un simulador mecánico de pérdida de adherencia que desarrolla una velocidad de 30 kilómetros por hora, lo que elimina la posibilidad de vuelco. El sistema cuenta con cuatro puntos de apoyo alejados del centro de gravedad del auto, que lo hacen más seguro. Se puede simular la respuesta del auto en distintos tipos de superficie –aquaplaning, hielo en el piso– y, al eliminarse el sistema hidráulico y solo alimentarse de la batería del auto, se lo puede utilizar en cualquier tipo de vehículo liviano.
“El mantenimiento y la puesta a punto del sistema están simplificados con respecto a otros simuladores de este tipo”, explica Horne. Y agrega: “Todo es mecánico y se usan materiales estandarizados, como los comandos eléctricos industriales”.
Para poder usar este simulador, debido a la baja velocidad real que requiere, solo es necesaria una superficie equivalente a algo más de una cancha de fútbol cinco, mientras que otros requieren más de un kilómetro cuadrado para poder alcanzar las velocidades en las que disminuye la adherencia. En caso de ser necesario, el sistema cuenta con un botón de emergencia que devuelve al instante la adherencia del auto a la superficie.
La totalidad de los componentes utilizados en el simulador son de origen nacional. Está fabricado con caños cuadrados de construcción, malacates eléctricos y usa ruedas de avioneta. Según este estudiante que piensa seguir ingeniería cuando termine la Tecnicatura en Mecánica, se lo puede desarmar y trasladar adonde sea necesario en pocos minutos.
El simulador ya fue presentado en el Centro Argentino de Seguridad y se utilizó para cursos a personal de fuerzas de seguridad de diversos distritos, además de choferes de seguridad privada. También existe la posibilidad de que una empresa que tiene la concesión de las cámaras de fotomultas empiece a ofrecer cursos de seguridad vial con este simulador, como parte de su política de responsabilidad social empresaria. “En mi opinión, este tipo de aprendizaje debería ser obligatorio para el otorgamiento de la licencia de conducir”, dice Horne, que planea continuar con su desarrollo y el dictado de cursos.
19 may 2016
Temas: Automóviles, Mecánica, Seguridad, Simuladores, Sustitución de importaciones