Remedio para la periferia

Un laboratorio público fueguino hizo un acuerdo con la farmacéutica Bristol-Myers Squibb para producir Atazanavir, un antirretroviral para tratamientos contra el HIV cuyas patentes están en proceso de vencimiento. Si bien la fabricación local comenzará por aspectos como el empaquetado, aseguran que permitirá bajar el costo de acceso a este medicamento que cuesta hasta 2.000 dólares por paciente cada año.

Por Vanina Lombardi  
__

Agencia TSS – El Laboratorio del Fin del Mundo (LFM), será el primero en el país y de origen público que participará en el proceso productivo de Atazanavir, un antirretroviral ampliamente utilizado por pacientes con VIH, que hasta el año pasado era comercializado por la farmacéutica global Bristol-Myers Squibb (BMS). La semana pasada se realizó el anuncio en Buenos Aires y la próxima semana está previsto un acto en Ushuaia, en Tierra del Fuego, con funcionarios nacionales y provinciales.
BMS ha licenciado la patente de esa droga –conocida con el nombre comercial de Reyataz y cuya patente está expirando– en diversos países y también mediante un acuerdo con el Medicines Patent Pool (MPP), una organización respaldada por las Naciones Unidas, como informa la empresa en su página web.
“Después de varias negociaciones con BMS, que es nuestro primer socio estratégico en el mercado farmacéutico, hemos llegado a un acuerdo para realizar la transferencia tecnológica de parte del proceso productivo del Atazanavir, vinculado con el control de calidad, logística, transporte y empaque secundario”, le dijo a TSS Carlos López, presidente del directorio y Gerente General de LFM, una sociedad anónima con participación estatal mayoritaria (SAPEM), creada mediante la Ley provincial 1136, el 5 de enero del año pasado.

lif-2
La semana pasada se realizó el anuncio del acuerdo en Buenos Aires y la próxima semana está previsto un acto en Ushuaia con funcionarios nacionales y provinciales.

López, bioquímico especializado en epidemiología, gestión de servicios de salud y seguridad social, estima que hasta el momento se han invertido alrededor de 45 millones de pesos para la puesta en marcha de esta planta, que hoy cuenta con casi 30 empleados.
Si bien en esta primera etapa LFM se ocupará de la parte final del proceso productivo del Atazanavir, en su formulación de 300 miligramos, en los próximos años López espera avanzar en nuevas etapas que permitan alcanzar la producción local completa de este antirretroviral, que países como India ya producen de manera genérica y que ha sido objeto de discusión legislativa en otros como Perú, por el alto costo que pagan el Gobierno para su adquisición. La Argentina también gasta sumas millonarias: en junio de 2016, por ejemplo, el Ministerio de Salud adquirió este medicamento mediante adjudicación directa a la empresa Global Farm S.A. (distribuidora de BMS), por un costo total que superó los 218 millones de pesos.
“Es un medicamento que estamos pagando entre 1.300 y 1.990 dólares por persona por año”, le dijo a TSS Lorena Di Giano, directora ejecutiva ejecutiva de Fundación Grupo Efecto Positivo (GEP) y coordinadora de la Red Latinoamericana por el Acceso a los Medicamentos (RedLAM). Según datos de la Dirección Nacional de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (DSyETS), hay alrededor de 46.000 beneficiarios que reciben medicación para el tratamiento contra el VIH, entre los cuales 8.500 toman Atazanavir.

Fuente: Dirección Nacional de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual.

Di Giano presume que este tipo de acuerdos están dirigidos a preservar la exclusividad del proveedor: “BMS busca este tipo de acuerdos con distintos países para extender monopolios y prolongar la exclusividad una vez que caen las patentes, que por ley expiran luego de 20 años y está en período de vencimiento en el caso del Atazanavir”. La especialista, que es abogada especializada en derechos de propiedad intelectual, advierte que hace alrededor de cinco años el Ministerio de Sanidad Brasileño firmó un acuerdo similar con BMS, que “en un principio se decía que era de transferencia de tecnología, pero que solo quedó en empaquetado y distribución, porque Bristol nunca le cedió la tecnología al laboratorio brasileño”.
Según el último el boletín epidemiológico de la DSyETS, en 2017 alrededor de 5.500 personas contrajeron VIH en la Argentina, 6.500 fueron diagnosticadas con el virus (el 35% de ellas en etapas avanzadas de la infección) y 1.500 personas murieron por causas relacionadas con el sida. En total, se estima que en el país viven 122.000 personas con VIH, de las cuales el 30% no lo sabe y unas 70.000 se encuentran bajo tratamiento, cifra que debería sumar a 38.000 personas, para alcanzar el objetivo de que el 90% de las personas diagnosticadas estén incluidas en un tratamiento antirretroviral.
Para atender a esas necesidades, la DSyETS destinó en 2016 más de 1.198 millones de pesos solo para la compra de medicamentos, de los cuales 19,2 millones y 310,8 millones de pesos corresponden a la compra de Atazanavir en sus formulaciones de 200 y 300 miligramos, respectivamente, tal como figura en el Número 2 del Observatorio Acceso a Medicamentos para VIH y Hepatitis C en la Argentina, elaborado por GEP.

Fuente: Fundación GEP.

Según el informe, esa inversión superó el presupuesto total destinado a la Dirección Nacional de Sida y ETS, “por lo que no hubo partida para la realización de las demás actividades o la compra de otros insumos necesarios para la prevención, atención y tratamiento de la población”. Por otro lado, también indica que los precios de los medicamentos subieron un promedio de 42,5% entre 2015 y 2016, lo que implica 6,5 puntos porcentuales por encima de la inflación.
En cuanto al origen de los productos adquiridos, el estudio da cuenta de que el 61% provino de farmacéuticas multinacionales, el 34% de producciones nacionales y un 5% de laboratorios de capital mixto (en los cuales existe un componente local). Entre ellas, el principal proveedor es la distribuidora Global Farm, que vende el Atazanavir, seguido por los laboratorios nacionales Richmond y Elea.

Compras de medicamentos para VIH por parte del Ministerio de Salud

Fuente: Fundación GEP.

¿El acuerdo anunciado recientemente implicará una disminución en el precio del medicamento? López cree que sí y que rondará en una baja de entre un 15% y un 20%. “Esta asociación es para que el acceso a este medicamento sea equitativo para las personas con VIH”, dijo y adelantó que, para responder a la demanda de Atazanavir en el próximo período 2019/2020 y abastecer a todo el programa de VIH/Sida, el LFM estaría en condiciones de hacer una primera entrega de medicamentos a mediados del segundo semestre de 2018 y la segunda entrega en febrero de 2019.
Federico Kaski, médico sanitarista de la Fundación Soberanía Sanitaria, considera que este tipo de asociaciones público-privadas a veces “pueden servir para ganar tiempo”, ya que los laboratorios privados tienen el conocimiento y las aprobaciones requeridas por la ANMAT, que pueden demorar uno o dos años.
“Si con el tiempo el LFM termina produciendo el medicamento, habrá sido una buena decisión, porque así se gana en soberanía”, agrega el especialista, que fue subadministrador en ANMAT durante 2014 y 2015. Y concluyó: “Sería bueno que todos los laboratorios públicos empezaran a producir cada uno un antirretroviral distinto, para que, en el futuro, todos los medicamentos que compra el Ministerio de Salud los produzcan laboratorios públicos, que seguramente lo harán a menor costo o, por lo menos, no extorsionarán con el precio el día que haya un faltante”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *