Referentes de distintas universidades nacionales se reunieron esta semana en la UNSAM para debatir sobre el rol de las Ciencias Sociales y la situación de las mujeres en el sistema científico argentino, en un contexto marcado por recortes presupuestarios y cuestionamientos a las políticas de género.
Agencia TSS – Durante el V Encuentro de Cátedras de Comunicación y Género, organizado por REDCOM (Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo), investigadoras de diversas instituciones analizaron estrategias para sostener líneas de trabajo académico en el escenario actual de desfinanciamiento de la investigación. El encuentro no solo buscó visibilizar las problemáticas existentes, sino también analizar propuestas para enfrentar el repliegue que está ocurriendo en políticas de género impulsado desde el Gobierno.
El auditorio de la UNSAM reunió a investigadoras, docentes y estudiantes durante la actividad, que se enfocó en visibilizar cómo la desigualdad de género atraviesa tanto a la academia como a las prácticas cotidianas dentro de las universidades. Ludmila Fredes, titular de la Dirección de Género y Diversidad Sexual y representante de la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y contra las Violencias (RUGE-CIN), fue una de las encargadas de dar la bienvenida al espacio. «En este contexto adverso es muy importante hablar de género. Se cuestiona desde el Estado políticas que nos costó mucho visibilizar». Fredes mencionó cómo la permanencia de estos espacios de debate depende actualmente de la colaboración y el compromiso de quienes hacen investigación: «Son las voluntades y el poner el cuerpo lo que nos mantiene de pie».
Las especialistas expresaron que el objetivo no es sólo resistir, sino también proyectar hacía el futuro. Según explicaron, la Dirección de Género de la UNSAM trabaja en dispositivos de sensibilización y prevención de violencias con líneas transversales que incluyen la comunicación institucional, la implementación de la Ley Micaela y el reconocimiento de diversas identidades de género.
«Buscamos desarmar representaciones sociales, estereotipos y comportamientos aprendidos con acciones concretas», enfatizó Fredes, mientras se destaca la elaboración de una guía de lenguaje inclusivo y campañas para promover el preguntar por los pronombres para comunicarnos, no asumir sexualidades, y luchar contra la heteronorma y la invisibilización.
El encuentro puso de manifiesto las persistentes desigualdades estructurales dentro del ámbito académico. Luz Canella, secretaria de Investigaciones en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, denunció la escasa representación de mujeres en puestos jerárquicos, la brecha salarial y el techo de cristal que limita el desarrollo profesional de las investigadoras.
«No hay una Secretaría de Género. Somos ‘las chicas de género’ las que recibimos los planteos porque los demás no saben bien del tema», contó Canella, quien resignifica ese apodo como un punto de inicio para dar el debate y señalar las dificultades para institucionalizar políticas feministas en el ámbito universitario. En las exposiciones también se puso en cuestión cómo persisten los mecanismos sutiles de discriminación y se hizo referencia a cómo los discursos tradicionales siguen afectando el pensamiento sobre la labor científica de las mujeres: «Las familias a veces nos hacen sentir culpables por dejar a nuestros hijos con el padre», ejemplificó, mostrando cómo las exigencias sociales sobre los cuidados recaen desproporcionadamente sobre las mujeres académicas.
TSS habló con Gabriela Cicalese, directora de la Licenciatura en Comunicación Audiovisual a Distancia de la UNSAM, quién aportó un análisis del panorama científico nacional desde su propia experiencia en redes académicas. «Desde siempre, en el sistema científico las Ciencias Sociales tuvieron un rol secundario en términos de financiamiento y reconocimiento. Por eso, en un ataque general al sistema científico, las Sociales son el eslabón más débil. No es casual que sea el rubro en el que más mujeres investigan», explicó.
Las participantes identificaron tres niveles de discriminación interconectados que se buscan confrontar desde estos lugares. Una de las luchas es hacia adentro del propio sistema científico, la segunda refiere al ámbito de las ciencias sociales y también aparece la problemática de las políticas de ajuste dirigidas específicamente a estas disciplinas.

«Aún hay que dar una batalla dentro del mismo sistema científico, tener incidencia dentro de la comunidad científica porque las investigadoras cumplimos roles más de auxiliares y aquellos que dirigen y pueden ser escuchados para un diseño de políticas públicas siguen siendo varones», profundizó Cicalese.
Sin embargo, la investigadora destacó como fortaleza la experiencia acumulada por décadas de trabajo en redes académicas: «Desde finales de los ’80 venimos sosteniendo espacios voluntarios, trabajando en red, aprendiendo a resistir sin subsidios. Esa estrategia hoy es una herramienta para seguir adelante». Su intervención recuerda que el movimiento feminista académico sobrevivió históricamente a múltiples crisis económicas e institucionales.
Al cierre del encuentro, las investigadoras coincidieron en que no basta con protocolos o leyes de cupo, sino que es necesario transformar las prácticas cotidianas para consolidar una verdadera batalla cultural en favor de la igualdad de género en el ámbito científico y académico. «En la batalla cultural, estos principios deben solidificarse en nuestras prácticas cotidianas. Hacer una consideración real con quienes interactuamos es muy significativa», concluyó Cicalese.
09 may 2025
Temas: Brecha de género, Ciencias Sociales, Género, REDCOMM, Techo de cristal, UNSAM