Un encuentro en la Universidad Nacional de San Martín puso en contacto a estudiantes de la carrera de Biotecnología con emprendedores de la misma especialidad que hablaron sobre cómo afrontar la creación de una empresa.
En la Argentina hay una gran cantidad de investigadores formados en una carrera científica que no quieren estar encerrados en un laboratorio para luego producir un paper para una publicación internacional, sino que quieren meter manos en la masa y poder crear un producto. Hacerlo requiere conocimientos que no suelen encontrarse en la formación de un científico tradicional.
Para incentivar a los alumnos universitarios y ayudarlos en el camino de emprender, en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) se llevó a cabo Bioprendo 2014, un encuentro en el que se puso en contacto a estudiantes de la carrera de Biotecnología con emprendedores de la misma especialidad que hablaron sobre sus experiencias.
Todos los expositores coincidieron en las dificultades que conlleva un emprendimiento tecnológico, pero valoraron que el sistema científico nacional es muy receptivo a la hora de ofrecer financiamiento o asesoramiento para el desarrollo de proyectos.
“Los emprendimientos de base tecnológica generan innovaciones, pero también fuentes de trabajo capacitadas. Permiten que la Argentina tenga la posibilidad de concebir nuevos productos, de reemplazar importaciones y de fortalecer las industrias tradicionales, de agregarle tecnología al agro y tener un valor agregado en los productos que ya tenemos”, sostuvo Liliana Haim, directora de la Oficina de Bioemprendedores, Transferencia y Vinculación del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-UNSAM) y organizadora del encuentro.

sostuvo Liliana Haim del IIB-UNSAM y organizadora del encuentro.
El evento forma parte de la materia “Proyectos Biotecnológicos”, optativa para la licenciatura de Biotecnología de la UNSAM y que también suele recibir a alumnos de otras universidades que la aceptan en sus planes de estudios, así como becarios que están cursando un doctorado. Para aprobar esta materia es necesario hacer un plan de negocios que los alumnos luego pueden utilizar para pedir financiamiento en diferentes fuentes. “Creo que hay una búsqueda de alternativas. No saben qué van a hacer cuando llegan, pero les abre una puerta más”, explicó Haim.
Neogram es un emprendimiento que modificó genéticamente una pastura usada en producción ganadera. Anabella Fassiano, una de sus socias, expresó que “fue un honor que tuvieran en cuenta nuestro emprendimiento para ir a compartirlo con otra gente. Terminamos ganando experiencia y permite generar redes en las que todos nos podemos apoyar”.
Otra de los expositoras fue Lila Drittanti, de L&M Crecer, una consultora que se encarga de incentivar el desarrollo de emprendimientos de base tecnológica. Drittanti remarcó la importancia de la tecnología que se produce detrás de estas jóvenes empresas.
Otras empresas que participaron del tercer año consecutivo en que se desarrolla Bioprendo fueron Bioimanay (proteínas recombinantes), Lab Systems (reactivos y equipos para laboratorios y electromedicina) y Biomatter (aplicaciones biomédicas), entre diversos casos de bioemprendedores que relataron el camino recorrido con sus empresas.
03 nov 2014
Temas: Bioprendo, Biotecnología, Emprendedores, Financiamiento, UNSAM