Organizada por el programa UNSAM Sustentable, la clase abierta “Nuevos enfoques económicos y nuevos materiales para el desarrollo sostenible”, propuso debatir sobre el desarrollo de tecnologías de bajo impacto para el medioambiente, la sustentabilidad energética y el rol de las políticas públicas.
Agencia TSS – Las innovaciones tecnológicas de las últimas décadas mejoraron aspectos de la calidad de vida de la población: desde artefactos que facilitan las tareas cotidianas de una sociedad que vive acelerada hasta la producción de medicamentos y tratamientos para la salud más efectivos. Sin embargo, el uso de estas nuevas herramientas también conlleva efectos negativos, como la profundización de la brecha social de acceso a las oportunidades y el impacto medioambiental causado por la poca vida útil de los dispositivos electrónicos.
¿Cómo democratizar el acceso a las nuevas tecnologías y lograr que las soluciones obtenidas sean sustentables? Sobre esas cuestiones se debatió en la clase abierta “Nuevos enfoques económicos y nuevos materiales para el desarrollo sostenible”, realizada en en el Campus Miguelete.
La actividad formó parte del curso «Sustentabilidad: Enfoques y Debates», al que asisten estudiantes provenientes de diversas carreras. Los exponentes fueron Carlos March, director de Comunicación Estratégica de la Fundación Avina; Élida Hermida, investigadora del CONICET en el Laboratorio de Biomateriales, Biomecánica y Bioinstrumentación (Lab3Bio) de la UNSAM; y Abraham Becerra Araneda, investigador en el Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la UNSAM.
March, quien entre 2000 y 2005 fue director de Poder Ciudadano, habló sobre cómo las organizaciones sociales pueden retomar conceptos de empresas que lograron desarrollarse de manera exponencial —como Google o Netflix— para intentar crecer de manera similar. Un ejemplo de una organización que asimiló esos conceptos es Change.org, que ofrece una plataforma web en la que pueden publicarse peticiones —en demanda de servicios y derechos— dirigidas a las autoridades gubernamentales. Change.org logró, en solo cuatro años, involucrar a unos cuatro millones de argentinos en diversas acciones de defensa y concientización.
“Estas organizaciones reúnen ciertas características: son digitales (se montan sobre las nuevas tecnologías), distorsionadas (por la velocidad a la que crecen), disruptivas (pasan de una escala incremental a una exponencial), desmaterializadas (priorizan la intermediación por sobre la tenencia de activos propios) y democratizantes (facilitan el acceso a la información)”, detalló March. “El desafío es lograr que las organizaciones puedan diseñar políticas públicas exponenciales a través de esos conceptos sin generar los mismos vicios, como la pobreza y la destrucción de la naturaleza”, analizó el especialista.
El director de comunicación estratégica de Avina también abordó la problemática de la producción de bienes públicos, entendidos como aquellos que están a disposición de los ciudadanos en igual cantidad y calidad, como una plaza pública. “Para tener bienes públicos de calidad es necesaria la articulación del Estado con las empresas y las organizaciones sociales, ya que la ausencia de ese nexo genera inequidad y exclusión social”, apuntó. “Asimismo, decir que hay que combatir la pobreza es una falacia, ya que se invierte mucho dinero en eso y, sin embargo, sigue habiendo 4000 millones de pobres en el mundo. Lo que hay que hacer es combatir los factores que generan inequidad”, afirmó el especialista, para quien dichos factores están vinculados con la carencia de bienes públicos de calidad, la baja institucionalidad (normas que permitan sostener las soluciones en el tiempo), el acceso inequitativo a oportunidades y la falta de organización colectiva y de entramado social.
El potencial de los nuevos materiales
La doctora en Física Élida Hermida se refirió a las políticas públicas que han sido implementadas —y las que no— para paliar la contaminación que producen los residuos plásticos y explicó cómo utilizan los biomateriales en el laboratorio que dirige a la hora de desarrollar aplicaciones biomédicas. En cuanto a las políticas públicas, hizo hincapié en el eterno dilema de los residuos plásticos provenientes de elementos de uso cotidiano, como botellas y bolsas.
“Buenos Aires está entre las ciudades que más cantidad de residuos producen. El tema nos atañe directamente porque tenemos muy cerca el relleno sanitario de la CEAMSE, en José León Suárez, y porque somos productores de una gran cantidad de residuos”, señaló la investigadora, quien luego amplió: “Diversas políticas públicas han intentado resolver el problema promoviendo la utilización de polímeros biodegradables o bioplásticos, pero sin dar con una solución definitiva”.
El equipo de investigadores que dirige Hermida estuvo a cargo del desarrollo de Biomatter, un kit quirúrgico para la regeneración de piel mediante biomateriales. Al respecto, Hermida explicó la modalidad de uso de los plásticos biodegradables en el campo de la ingeniería de tejidos y la medicina regenerativa. “Se toman células del paciente, se las siembra sobre un scaffold (una suerte de andamio, que puede elaborarse con plásticos biodegradables) y luego se las hace crecer en un biorreactor (un ámbito similar al organismo) para luego colocar ese scaffold sobre la herida del paciente. Ahora estamos trabajando en eso, pero utilizando al propio paciente como biorreactor”, detalló.
Hacia el final de la jornada, Abraham Becerra Araneda, ingeniero civil especializado en materiales, brindó un panorama sobre el estado actual de la ciencia y la ingeniería en materiales, y describió hacia dónde evolucionan estos campos del conocimiento. También habló sobre algunos desarrollos específicos que hoy se llevan a cabo en áreas vinculadas con la construcción, la salud, la energía, los recursos naturales y el transporte. “Se habla mucho sobre aspectos que hacen a la sustentabilidad y la eficiencia energética, pero hay un desconocimiento muy grande sobre estos temas. Por eso, la mejor manera de empoderar a la sociedad es través de la información y la educación”, aseguró.
29 dic 2017
Temas: Biomatter, Desarrollo sostenible, Economía social, Ingeniería de materiales, Materiales, Medio ambiente, Sustentabilidad, UNSAM