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Agencia TSS – Este miércoles, trabajadores y trabajadoras del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se movilizaron frente a la sede principal del organismo en rechazo al anuncio de que despedirán a un 30% del personal. Durante la concentración, hubo una conferencia de prensa en la que delegados de ATE hablaron sobre la crítica situación que atraviesan este y otros organismos públicos dedicados a ciencia y tecnología. En algunos de ellos, como el CONICET, el SMN y la CONAE– ya se concretó el despido de trabajadores. El abrazo simbólico se realizó en la puerta del Parque Tecnológico Miguelete, sobre la colectora de General Paz, y se acercaron a acompañar la lucha colegas de instituciones vecinas como CNEA, SEGEMAR y CITEDEF.

“La semana pasada hubo trascendidos sobre que quieren reducir la planta en un 30%, lo que representa a unas 900 personas. El anuncio fue luego de una reunión entre los gerentes y el presidente del INTI, por eso nos encontramos en estado de alerta y movilización. Más de mil compañeros fuimos al edificio donde desempeñan tareas el presidente y el vice a pedir una mesa de diálogo para que nos expliquen el por qué de este recorte tan significativo en un organismo tan importante, pero no hay respuesta”, le contó a TSS Francisco Dolman, delegado general de ATE INTI.

Cuando fueron a pedir explicaciones a las autoridades, ocurrió una situación de película: el gerente de Recursos Humanos, Christian Rasmussen, huyó por la ventana para evitar enfrentar a los trabajadores. A la amenaza de despidos se suman otras preocupaciones, como la decisión de cerrar ocho sedes de la Patagonia –que se conoció tras una reunión del día de ayer entre sub-gerentes regionales y el presidente de INTI– y otras de diversos lugares del país. Además, si la Ley Bases obtiene la media sanción restante en el Senado, el artículo 3 habilitará al Poder Ejecutivo Nacional a disolver, intervenir, fusionar y modificar las competencias de organismos estatales.

“No hay justificación alguna, solo se agarran del discurso del Gobierno de que el Estado no sirve, que somos todos ñoquis. Pero acá no sobra nadie, el INTI es un organismo vital para la sociedad en su conjunto. Por dar un ejemplo concreto, en cada surtidor de las estaciones de servicio, el INTI controla y certifica que te carguen el combustible que corresponde. Hace poco hubo un caso en México donde no había este tipo de controles y se comprobó que lo diluían con agua”, señala Dolman.

El INTI es una institución con presencia federal y 66 años de trayectoria en aportar soluciones tecnológicas y servicios esenciales a la industria nacional. Cuenta con 3000 técnicos y profesionales de diversas áreas del conocimiento, de los cuales 700 trabajan en las provincias y el resto en diversas sedes de Buenos Aires. Algunas de las actividades que realizan son la asistencia técnica a pymes, ensayos para crear o mejorar productos, transferencia tecnológica de desarrollos, peritajes legales y técnicos, y tareas de certificación y control.

Muchas tareas son fundamentales para la economía nacional, como el control en las balanzas de exportación de granos, así como también para pequeñas economías regionales, como el desarrollo de energías renovables en la Patagonia o el agregado de valor a los cultivos de pequeños productores en el NOA. Otras tienen un impacto directo en la vida cotidiana, como controlar que los tanques de agua no contengan asbesto, evitando la exposición a productos cancerígenos; certificar que ciertos plásticos no tengan ftalatos para que los niños no se lleven sustancias tóxicas a la boca; y la inspección de ascensores.

“El INTI es una institución que nació para cuidar a la gente, para garantizar que lo que consumimos o lo que usamos es seguro y no nos va a dañar”, afirmó el miércoles Gabriela Campuzano, delegada del INTI, en una reunión de la comisión de Ciencia y Técnica de la Cámara de Diputados a la que representantes del organismo se acercaron a contar la situación que atraviesan como parte de las actividades de difusión que están realizando.

Jorge Schneebeli, quien fue vicepresidente del INTI hasta enero, relató en esa misma reunión que algo similar pasó en los años 90, cuando la planta de trabajadores se redujo de 1500 a 850 trabajadores, y en 2018, cuando hubo 300 despedidos. “El impacto de estas medidas es muy grande porque la formación del personal requiere años de experiencia. El INTI tiene la función de formar gente que va a la industria: tenemos que poder sostener esas capacidades porque es muy difícil retomar el funcionamiento de la institución cuando perdemos trabajadores”, señaló Schneebeli.

Durante los próximos días, las y los trabajadores del INTI –que comunican sus novedades de la lucha a través del instagram @trabajadorxsdeinti– seguirán en estado de alerta permanente y realizando asambleas para definir acciones que permitan evitar la concreción de los despidos. “Nuestra fecha límite es el 30/6, cuando finalizan muchos contratos de monotributistas, así que seguiremos organizándonos en asambleas. Ojalá podamos hacer que la lucha sea más colectiva porque la situación de crisis no sucede solo en el INTI, sino que excede incluso a los organismos del Estado”, advirtió Dolman.