Lazos de sangre

Tecnólogos del INTI han desarrollado un adhesivo a base de proteína animal obtenida de sangre bovina. Se trata de un método que ya se usaba en la edad media, en la construcción de castillos que aún hoy se pueden visitar.

Vanina Lombardi  
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Agencia TSS – “Logramos obtener un producto más competitivo, y lo obtenemos a partir de materias primas que de otro modo se tirarían o tendrían algún fin inútil”, comenta Omar Ferré, del Departamento de Caucho del INTI, en referencia al “adhesivo estructural” a base de harina de sangre que desarrolló con su equipo de investigadores, que alcanza un nivel de adhesión tan fuerte que puede ser usado, por ejemplo, para unir vigas en construcciones estructurales de madera.

Este bioadhesivo se produce con desechos de la industria cárnica, específicamente con sangre bobina, que en los frigoríficos se genera a montones, pero que en su casi totalidad se descarta. Por ejemplo, según la Unión de la Industria Cárnica Argentina, se prevé que en el país se producirán casi tres mil millones de toneladas de carne vacuna durante 2014. La sangre que se derrame para obtenerla tendrá principalmente un mismo fin: convertirse en desperdicio.

Harina de sangre

“Una pequeña parte es destinada a la industria de chacinados, pero el resto incrementa el problema de degradación biológica de los efluentes, que necesita un tratamiento especial antes de ser desechado. Entonces se la convierte en una especie de harina muy proteica, que en parte se destina a la producción de alimentos balanceados para mascotas”, detalla Ferré y agrega que actualmente trabajan con sangre bovina, pero también podrían usar la de algún otro animal. “De hecho, nos pidieron trabajar con sangre porcina y avícola, porque hay mucha producción de cerdos y pollos, y suponemos que el producto va a funcionar igual al que ya hemos logrado, aunque todavía está en desarrollo”, adelanta.

La gran ventaja de este pegamento, además de ayudar a reutilizar residuos de otras industrias, es su bajo costo y la facilidad de implementación, ya que por ejemplo, explica Ferré, una maderera que quisiera incorporarlo no necesitaría comprar equipamiento nuevo. Utilizando la misma mezcladora en la que hoy coloca el pegamento sintético, podría fabricar este adhesivo, y solo debería comprar la materia prima y entrenar al mismo empleado, ya que tampoco es necesario contar con recursos humanos altamente capacitados.

Adhesión y corte de maderas laminadas

“Lo ofrecemos en forma de desarrollo completo para la maderera, que debería fabricarlo en el lugar de trabajo. No le sirve a fabricantes y vendedores de adhesivos, porque es un producto natural que no se puede conservar, sino que debe usarse en el momento, pero una vez que se aplica, es estable indefinidamente”, explica Ferré. Y concluye: “Hay madereras que ya lo probaron y algunas interesadas ya están haciendo pruebas… pero no es fácil convencer al productor de que use estos productos, por eso estamos trabajando para establecer uniones a nivel provincial y municipal, y tenemos expectativas con ellas”.