Durante la exposición Defensa de la Industria se mostraron avances en la incorporación de pymes locales para el mercado de aviación. Se destacaron un modelo de helicóptero ultraliviano, aviones para entrenamiento y un proyecto conjunto con Brasil.
Agencia TSS – Del 23 al 26 de septiembre pasado se realizó la exposición Defensa de la Industria, organizada por la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa, dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación. En la feria, realizada en el predio Costa Salguero, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se mostraron iniciativas de vinculación entre el área de Defensa y la industria local, con foco en la política del Gobierno nacional para cubrir necesidades de las fuerzas militares con producción proveniente de pymes. De las jornadas participaron 120 empresas nacionales y 20 extranjeras, 30 instituciones de gobierno y 13 cámaras empresariales.
Durante el desarrollo de la exposición –a la que asistieron más de 25.000 personas, entre público general, miembros de fuerzas nacionales y extranjeras, y funcionarios locales– se realizaron diversos anuncios, y varios tuvieron que ver con el sector de aviación. Entre ellos, voceros de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) dijeron estar trabajando en la incorporación de la categoría de helicóptero ultraliviano (conocidos en la jerga como ULM), a semejanza de la que existe en Europa –que comprende aeronaves de hasta dos plazas y un peso máximo al despegue de 450 kilos–, dentro de la cual se podría incluir al modelo CH-8 de la empresa Cicaré.
De concretarse, sería la primera vez que esta empresa nacional –que produce helicópteros desde hace más de 50 años– lograría certificar un modelo, ya que siempre produjo aeronaves de uso experimental, por lo que solo podían ser adquiridas por particulares, pero no por instituciones. El Cicaré CH-8 certificado podrá ser utilizado para la instrucción de pilotos y también se anunció que el fabricante licenciará el CH-12 –un modelo deportivo de 700 kilos– para la producción de 12 aeronaves en las instalaciones de la Fábrica Argentina de Aviones (FADEA), en Córdoba. A diferencia de otros proyectos lanzados por Cicaré en el pasado en conjunto con el Ejército, en este caso todo el trabajo previo de producción y pruebas del helicóptero ya está hecho por el proveedor, por lo que se espera que la producción avance a un ritmo veloz.
En el panel “Avión IA-100: El impulso a las pymes tecnológicas”, se habló de este proyecto como un facilitador para el agrupamiento de empresas especializadas en el sector de aviación. Si bien muchas de ellas cuentan con una vasta experiencia en el mercado,nunca habían podido trabajar en conjunto. El IA-100 es un avión de entrenamiento elemental con capacidades acrobáticas, lo que permite la formación de pilotos en maniobras extremas. Se trata de un avión construido con materiales compuestos y es el primero diseñado por FADEA en más de 20 años.
En su presentación, el ingeniero Federico Langhi, gerente general del fabricante de planeadores PlaneARG –uno de los proveedores de la iniciativa–, dijo: “La empresa tiene 50 años de experiencia en planeadores, pero no teníamos la espalda financiera para lanzarnos a hacer un avión como el IA-100. El convenio con FADEA para hacer el laminado de las alas de este avión permitió ganar en conocimientos y maquinarias, que ahora quedan en la fábrica”.
Durante las exposiciones, también se señaló que la Cámara Argentina Aeronáutica y Espacial, creada en diciembre de 2014, ha tenido un rol relevante para que las empresas del sector pudieran dar a conocer sus necesidades y capacidades en conjunto ante el Estado, lo que ayudó al impulso para nuevos proyectos.
El presidente de FADEA, Matías Savoca, explicó que “el proyecto IA-100 responde a la necesidad de la empresa de formar proveedores en productos críticos que no se podían conseguir en la Argentina. Se necesitan más proyectos para vincular las iniciativas de las grandes empresas estatales con las pymes locales”. En los últimos años, FADEA incorporó a profesionales jóvenes y se fue generando una brecha generacional con los técnicos más antiguos, que venían con un alto nivel de formación. Desde la empresa dicen que la generación de proyectos novedosos, que impliquen un desafío, facilita el proceso de transferencia de conocimientos de una generación a otra.
Savoca también resaltó el impacto positivo del proyecto KC-390, de la empresa brasileña Embraer, que consiste en el desarrollo de un avión de transporte pesado y que incluye a FADEA como proveedor. “Ayudó a que FADEA pudiera mejorar sus procesos de producción”, dijo y agregó que “el desafío que planteó Tulio Calderón (gerente general de FADEA) fue llegar del tablero a la fabricación enun plazo de un año, ya que la industria mundial se maneja con ese dinamismo”.
La expectativa está puesta en que, con la incorporación al mercado de aviación civil de los nuevos Petrel –aviones de entrenamiento y deportivos de bajo costo que ya fueron certificados por la ANAC–, a los que ahora se sumarán los IA-100,la formación de pilotos en la Argentina pueda resultar más económica y que una renovada demanda por parte de los sectores público y privado le pueda dar impulso al sector de pymes de aviación.