¿Hay política para las Ciencias Sociales?

En los últimos años, si bien crece el número de investigadores, las ciencias sociales están perdiendo peso relativo en las políticas de ciencia y tecnología. Por Karina Lastra

Karina Lastra es investigadora del Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Técnica José Babini en UNSAM  
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Las políticas públicas de ciencia y tecnología durante la última década ponen de manifiesto transformaciones importantes en las formas de coordinación, financiamiento y organización de las actividades de producción de conocimiento. Ello acontece en el marco de cambios económicos y políticos regionales y de la creación de los instrumentos jurídicos que permitieron la actual reconfiguración del sistema científico nacional y de las instituciones y prácticas resultantes  de estas nuevas formas de regulación.

A su vez, es posible identificar la incidencia de tales políticas en áreas de producción de conocimiento específicas, como es el caso de las Ciencias Sociales. El impacto de las políticas de ciencia y tecnología en la trayectoria de las Ciencias Sociales a nivel nacional se puede inferir a partir de una sencilla elaboración de datos tomados de dos categorías de fondos concursables: uno tomado de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) y el otro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

En 2009, Noemí Girbal-Blacha –entonces vicedirectora de Asuntos Científicos del CONICET– sostenía que durante el período 2000-2008 el número de investigadores había crecido cerca de un 50%, mientras que el número de becarios se había cuadruplicado. Como dato significativo observaba que, hacia 2008, en el CONICET se contabilizaban 1118 científicos sociales, cifra que representaba el 20% del total de investigadores de la institución. Para ese mismo año, la cantidad de becarios de Ciencias Sociales era de 1923, equivalente a un 29% del total de becarios del organismo. Girbal-Blacha destacaba entonces que el presupuesto asignado al CONICET, desde 2003 en adelante, seguía las líneas generales de la política científica impulsada por el gobierno nacional, lo cual había permitido acrecentar el número de científicos y becarios. La entonces funcionaria reconocía también que el incremento había superado la infraestructura disponible en ese momento. Por otra parte, reconocía como una deuda el financiamiento del área de las Ciencias Sociales, que quedaba en cuarto lugar con sólo el 13%, detrás de las otras áreas.


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Ahora bien, desde 2009, como parte de sus actividades de apoyo a la investigación, el CONICET selecciona y financia, a partir de convocatorias anuales, proyectos de investigación y desarrollo en disciplinas tradicionales y en disciplinas de nueva generación. Se trata de los Proyectos de Investigación Plurianuales (PIP). El análisis de las convocatorias realizadas entre 2009 y el presente permite identificar los resultados presentados en el cuadro 1 respecto al financiamiento de proyectos en la gran área de Ciencias Sociales y Humanidades.

Cuadro 1

PERIODO CONVOCATORIO PIP

TOTAL PIP   FINANCIADOS

TOTAL PIP CIENCIAS SOCIALES

PORCENTUAL RELATIVO

2009 – 2011

864

170

20%

2010 – 2012

744

157

21 %

2011 – 2013

536

121

22 %

2012 – 2014

598

74

12 %

Fuente: Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Tecnología José Babini, UNSAM. Elaboración propia en base a datos públicos de CONICET.

En el caso de la ANPCyT, la investigación social se canaliza fundamentalmente a partir de las líneas de financiamiento otorgadas por el FONCYT, en sus modalidades Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) y Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Orientada (PICTO).

En el caso de los PICT, el estudio sobre las convocatorias realizadas desde 2000 a la fecha demuestra variabilidad respecto a las categorías y tipos de proyectos concursables en cada convocatoria, como así también sobre los resultados obtenidos para las áreas de las Ciencias Humanas y las Ciencias Sociales. Esta marcada heterogeneidad parece estar relacionada con las transformaciones acontecidas a partir de 2003, tanto en términos presupuestarios como políticos. A modo de ejemplo, mencionemos el impulso dado desde 2003 al Programa Raíces, declarado en 2008 política de Estado, y la creación del Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT) en 2007. En el cuadro 2 se visualizan algunos datos.

Cuadro 2

2000-2001

Categoría Prioridades y Temas Abiertos

334

31

9 %

2002

Categoría Prioridades, Redes  y Temas Abiertos

486

58

12%

2004

Categoría Áreas Prioritarias y Temas Abiertos

404

54

13 %

2005

Categoría Áreas Prioritarias y Temas Abiertos

604

82

13 %

2006

Categoría Prioridades Regionales, Redes y Temas Abiertos

478

65

13 %

2007

Categoría ET y Redes, Jóvenes y Raíces

617

65

13 %

2008

Categoría Impacto Regional y Temas Abiertos

572

77

13 %

BICENTENARIO

Categoría Impacto Regional y Temas Abiertos

763

93

12 %

2011

Categoría Impacto Regional y Temas Abiertos

611

82

13 %

2012

Categoría Impacto Regional y Temas Abiertos

955

119

12 %

Fuente: Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Tecnología José Babini, UNSAM. Elaboración propia en base a datos públicos de la ANPCYT.

En términos generales, mientras que los PIP demuestran un claro descenso desde un promedio del 20 por ciento (promedio 2009-2011) al 12 por ciento en 2012, los PICT se mantuvieron, en promedio, alrededor del 12-13 por ciento entre 2000 y 2012. Ahora bien, en este punto debe tenerse en cuenta que los nuevos programas de financiamiento impulsados por la ANPCyT en los últimos años para complementar los PICTs se orientan a las ciencias naturales y la tecnología.

Por su parte, las universidades nacionales, a través del Consejo de Decanos de Facultades de Ciencias Sociales y Humanas –entidad que agrupa 40 facultades, escuelas y centros de investigación– señalaron en 2009 el déficit de investigaciones sociales que se enfoquen en las múltiples heterogeneidades sociales y económicas. Para cubrir esta área de vacancia, en un emprendimiento conjunto con el MINCyT, se creó el Programa de Investigación sobre la Sociedad Argentina Contemporánea (PISAC). Asimismo, también hubo consenso en que existe un déficit de estudios sociales, culturales, políticos y económicos de alcance nacional, situación que se explica, según los autores del documento, por el abandono de los estudios de corte estructural y su reemplazo por investigaciones de tipo cualitativo, centradas fundamentalmente en lo micro y, por lo tanto, imposibilitadas de dar cuenta de fenómenos sociales en una escala mayor. Actualmente, el PISAC se encuentra en desarrollo y participan 44 unidades académicas de 34 universidades nacionales.


12 nov 2013

Temas: Ciencias Sociales, PICT, PIP, PISAC