Cine digital o muerte

La forma de proyectar películas en el cine está mutando. Los films de celuloide están dejando de existir y todas las películas se editan en formatos digitales. Los cines que no adopten proyector digital tienen sus días contados.

Matías Alonso  
__

La Argentina tiene uno de los parques de salas de cine más grandes de América Latina, pero en los últimos años se ha visto mermado por las dificultades que tienen los cines para comprar grandes equipos importados y por la lógica del mercado, que lleva a que los grandes estudios que producen películas se asocien a las cadenas multinacionales de cines, otorgándoles beneficios en contra de los pequeños cines de barrio. Por ejemplo, como las copias en celuloide son muy caras, se entregaban primero a las grandes cadenas y cuando éstas las sacaban de cartel se las vendían a los pequeños cines, que las recibían deterioradas y varios meses después de su estreno. Con la copia digital este problema estará técnicamente superado, solo falta ver cómo serán las políticas comerciales de los estudios que producen películas.

Esta problemática motivó que el Estado argentino tomara cartas en el asunto. Desde fines de 2012, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) cuenta con su programa de Digitalización de Salas de Cine para ayudar a los cines pequeños y medianos a adaptarse a las nuevas tecnologías. “La digitalización del cine se ha producido de forma vertiginosa en los últimos dos años. Los grandes estudios han tomado la decisión de cambiar el paradigma de la exhibición y a partir de ahora las salas que no logren adaptarse en el corto plazo, yo calculo que a más tardar en un año, corren el riesgo de no poder seguir sobreviviendo, porque va a dejar de circular el material en celuloide”, afirma Daniel Direse, director del programa.

El INCAA proyecta finalizar el 2014 con un 70 u 80% del parque exhibidor digitalizado.

Este programa tiene convenios con el Banco de Inversión y Comercio Exterior y con el Banco Nación. El objetivo es otorgar créditos a los cines que los necesiten para renovar sus equipos. Al presente, hay unos 50 cines que han recibido la aprobación del crédito y otros 100 en estudio. Además, el INCAA cuenta con una red de cines propia llamada “espacios INCAA”, que tiene una licitación abierta para digitalizar las primeras 50 salas que deberían empezar su obra en mayo. Cuenta Direse: “Cuando empezamos el programa estábamos en un 25% de digitalización argentina, que eran mayormente los grandes complejos, y hoy en día estamos llegando a un 50% de digitalización. Y con las carpetas que están en danza y los espacios INCAA que vamos a digitalizar estaremos cerrando el año con un 70 u 80% del parque exhibidor digitalizado”.

La situación es más dramática si se compara con la región, ya que el parque exhibidor argentino era el único en la región que no había mostrado crecimiento en los últimos 15 años y, si bien era el tercero con mayor material digitalizado hasta 2009, había pasada al quinto lugar en 2013.

La Argentina produce 150 películas por año. Las copias digitales abaratarán su distribución y permitirán competir con las películas de los grandes estudios extranjeros.

“Lo que sucedió es que se aliaron los grandes estudios de Holywood con los grandes productores de tecnología y establecieron el estándar. Todo aquello que no cumple con ese estándar no estaría en condiciones de exhibir las películas de las Majors o los estudios que, siendo realista, son las que generalmente le dan a los cines las principales ganancias”. Explica Ariel Direse a TSS que fue este panorama el que motivó que el programa bajo su dirección se enfocara “en la participación de las decisiones de tecnología”. Fue así que se conformó el Subcomité Nacional de Cinematografía en IRAM, “y gracias a eso –concluye Direse– somos país participante en el Comité Técnico de Cinematografía del ISO, con lo cual Argentina representa un voto más en las decisiones sobre cualquier innovación tecnológica. Ese comité está integrado solo por 11 países que decidimos sobre la tecnología cinematográfica.”

Finalmente, la digitalización de la proyección posibilita también la digitalización de la distribución de las películas. Por eso, se han firmado convenios con la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ArSat) para ser pioneros en la distribución satelital de películas. Esto permitirá, por ejemplo, que una película se estrene simultáneamente en un complejo multipantalla de Buenos Aires y en un pequeño cine de Jujuy.

La Argentina produce 150 películas por año. Las copias digitales abaratarán su distribución y permitirán competir con las películas de los grandes estudios extranjeros.